¿Realmente los dos templo judíos se edificaron en lo que ahora llamamos el «Monte del Templo»?


El ABC para conocer las profecías más importantes de la Biblia. Descorremos el velo en Profecía Bíblica y damos un vistazo a los sucesos mundiales que marcarán su cumplimiento.
Por Bert Boersma
¿Era realmente lo que hoy llamamos el «Monte del Templo» solo una fortaleza romana? Si es así, una profecía importante podría y debería cumplirse ahora.
Recientemente, me encontré con algo que no había creído posible hasta hace poco. Es tan extraño que incluso los rabinos judíos tuvieron que llorar en la presentación y dijeron: «¿Cómo podríamos habernos perdido esto?» Aquí está la historia.
Desde la conquista de la ciudad de Jerusalén en 1967, los arqueólogos judíos Benjamin Maser y Ernest Martin han realizado una investigación intensiva, y más recientemente Bob Cornuke, todos los cuales han demostrado de manera concluyente que el Templo estaba en la Ciudad de David, y no en el Monte del Templo como lo conocemos.
No importa cuán impactante pueda sonar esto, nunca ha habido un Templo en el llamado Monte del Templo, sino una fortaleza romana, la llamada Fortaleza Antonia. Este fuerte fue construido para albergar a 10,000 hombres (6,000 soldados mas 4,000 de personal de apoyo) ya que todos los fuertes romanos tienen un tamaño estándar: 35 acres, o 14.2 hectáreas.
La tradición que ubica a los antiguos templos judíos en la meseta sobre el Muro Occidental está tan arraigada que esta impactante revelación que estamos dando a conocer continuará siendo ridiculizada y anulada durante el mayor tiempo posible. ¿La Razón? Si los arqueólogos se atrevieran a comentar públicamente estas revelaciones, lo más probable es que perderían años de trabajos, arruinarían su reputación y serían difamados con todo lo que ello conllevaría.
El hecho es que los arqueólogos en tiempos recientes han descubierto un anfiteatro romano debajo del Muro Occidental, lo que significa que el muro no podría ser parte del Templo Judío.
Bob Cornuke es un ex agente del FBI y ha ayudado a resolver innumerables casos de asesinato. Dijo sobre su trabajo como agente: «Si tienes al sospechoso correcto, todas las piezas del rompecabezas caerán en su lugar». El fue uno de los que también ubicó el Monte de Moisés en Arabia Saudita (Jabal Al-Lawz), y no en la península del Sinaí, como la madre del emperador Constantino estableció en el siglo IV, y como siempre se creyó.
Cornuke ha escrito un libro sobre esto titulado Temple: Could History Be So Stunningly Wrong?
Una pieza importante de evidencia con respecto a la ubicación del Templo es el Manantial de Gihon, que se encuentra en la Ciudad de David. El rey David conquistó esta ciudad de los jebuseos y estableció allí la ciudad de David, y fue aquí donde compró la trilla (era) de Ornan para hacer sacrificios al Señor bajo la dirección del Ángel del Señor, y no en el área conocida como Monte del Templo.
Los romanos construyeron cisternas (agua empozada) de almacenamiento de agua debajo del llamado Monte del Templo que se abastecían de agua proveniente del sur de Belén. Esta agua proveyó a los miles de hombres en la Fortaleza Antonia.
Se ha sugerido que el Templo y la Fortaleza se encontraban en la misma meseta del Monte del Templo. Argumentan que un pequeño fuerte romano para solo 600 hombres estaba situado junto al complejo del Templo en la misma colina.
Sin embargo, esto es ilógico. Después de todo, el NT nos dice que sólo para llevar al apóstol Pablo a Cesarea se requirió un contingente de 470 soldados romanos. Si fuera cierta esa postura significaría que los romanos habrían dejado solo unos 130 hombres atrás para mantener a las enormes masas de judíos rebeldes bajo control en Jerusalén. Eso tampoco es lógico. Ya de por sí el Monte del Templo es demasiado pequeño tanto para el Templo como para sus edificios circundantes, peor aún para una fortaleza romana de 6.000 soldados.
El manantial de Gihon es la única fuente de agua fresca de corrientes en Jerusalén, que era un requisito para los servicios sacerdotales (Números 19). Los sitios romanos de almacenamiento de agua desenterrados bajo el llamado Monte del Templo solo contienen cisternas (agua estancada) y son absolutamente inadecuados para el servicio del Templo de los sacerdotes, que requerían acceso a corrientes de agua dulce. Y estas corrientes de agua fresca estaban disponibles en el Manantial de Gihon en la Ciudad de David.
Las excavaciones también encontraron una prensa de aceitunas en la Ciudad de David. El aceite de oliva también era necesario para la unción por parte de los sacerdotes. Además, se encontraron trincheras donde la sangre de los animales sacrificados podía fluir.
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Keep readingOtra evidencia convincente de que los templos estuvieron en la Ciudad de David es el hecho de que los arqueólogos encontraron una campana dorada allí (ver video en YouTube con la palabra clave ‘Campana de Oro del Sumo Sacerdote’).
En Éxodo 28:34-35 encontramos la descripción del Sumo Sacerdote, que llevaba una capa con 72 campanas doradas en la parte inferior del dobladillo, alternando con 72 bolas de granada. El análisis de rayos X encontró hilos de oro de 4 mm en estas campanas de oro (aprox. 0,5 pulgadas), que funcionaban como claquetas. Éxodo 28:35 dice que el sonido de esas campanas tenía que ser escuchado cuando el Sumo Sacerdote entraba al santuario.
Todo tipo de ideas también han surgido de las declaraciones hechas por Flavio Josefo, quien fue testigo ocular de la destrucción del Templo en el año 70 d.C. Además, innumerables versículos de la Biblia apuntan en la misma dirección: 2 Samuel 5:7; Joel 3:17; Salmo 132:8,13; Salmo 2:5; Salmo 26:2; Salmo 102; Salmo 9:11; 2 Cron. 3:1; etc.
Otra pieza sorprendente de evidencia se encuentra en Hechos 21, donde Pablo predica en el Templo y casi es asesinado por los judíos. Los soldados romanos descienden desde el cuartel a través de escaleras hasta el Templo para proteger al ciudadano romano Pablo. En la parte superior de las escaleras, Pablo pide en hebreo hablarle a la gente. Luego los soldados lo llevan hasta el cuartel. Estas escaleras, también, fueron descubiertas por arqueólogos judíos, como un puente entre el Templo y la fortaleza romana, cuyo lugar hoy se considera erróneamente como el Monte del Templo. Flavio Josefo escribió: «El Fuerte daba al Templo».
Las tradiciones actuales relacionadas con el Templo, que se dice que está en el llamado Monte del Templo, probablemente nacieron en 1099, cuando los cruzados conquistaron la montaña y reemplazaron el símbolo musulmán de media luna con una cruz en la Cúpula de la Roca (que en ese momento no era dorada). El Papa luego declaró este lugar Templum Domini, el Templo de Dios.
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Las implicaciones de estos descubrimientos son de gran alcance. Después de todo, los judíos ya pueden, si así lo deciden, comenzar a construir el Tercer Templo. Ya no se ven obstaculizados por la presencia de la Cúpula de la Roca y las mezquitas de Al Aqsa. Pueden construir el Templo en la Ciudad de David.
El Instituto del Templo se ha estado preparando para su construcción. Si alguna vez hubo un momento adecuado para reescribir la historia, es ahora.