Alejandro III de Macedonia fue reconocido frecuentemente, con el pasar de los siglos, como “el Grande” o “Magno”. Este término probablemente nunca se divorció de su nombre y se habría de convertir en el título con el que el mundo lo llamaría.

El ABC para conocer las profecías más importantes de la Biblia. Descorremos el velo en Profecía Bíblica y damos un vistazo a los sucesos mundiales que marcarán su cumplimiento.

Actualmente, la humanidad se refiere a él como “Magno”, a pesar de que en su vida normal, no se le llamaba de esta manera. Alejandro Magno murió a los 33 años. Su muerte fue repentina, causando un fuerte impacto en la geopolítica del mundo por el conquistado en el siglo IV a.C. Pero paradójicamente, fue realmente a partir de su muerte que floreció su culto.
Su cuerpo embalsamado fue enterrado en la monumental tumba llamada «Soma» de Alejandría llamada “Soma” (palabra griega que significa “cuerpo”), en Alejandría. Durante cerca de siete (7) siglos, numerosos peregrinos visitaron el último palacio de Alejandro, venerándole y pidiéndole ayuda para resolver sus problemas cotidianos o para conseguir algún objetivo. Se creía por aquel entonces que Alejandro podía hacer realidad aquello que apenas parecía un sueño y proporcionar salud y felicidad. No era tan solo un rey muerto, se le consideraba realmente un dios, y de hecho uno de los más importantes de Europa, el Medio Oriente y otras regiones de Asia.
En Grecia, Alejandro era el único ser humano que era adorado y equiparado a Dios. Todas las deidades griegas eran mitológicas y eran respetadas; por ende, fue un gran honor para él ser considerado como uno de ellos. Ningún rey de Grecia, ni antes ni después de él, había disfrutado ni disfrutó de semejante condición.
Ha habido otros personajes célebres que han reclamado el sobrenombre «Grande» o “Magno”, como es el caso de Carlomagno, por ejemplo, pero no podemos asociarlo a ninguno de ellos por razones obvias. Para probar este punto, ¿que otro personaje histórico viene a tu mente, cuando oyes «el Grande» o “Magno”? Pues en nadie más que en Alejandro.
El ha sido el sujeto de muchas historias fabulosas. A pesar de que se ha escrito más acerca de él que de cualquier otro personaje en la historia (con la única y notable excepción de Jesucristo), sigue siendo enigmático hasta el día de hoy.
Sus logros únicos y sin precedentes, su voluntad de hierro, su personalidad arrogante y dinámica, su rapidez, su brillante táctica militar, su brutalidad despiadada hacia la oposición, sus conquistas, su inteligencia e ingenio, su capacidad de mando, y su habilidad para liderar y hacer rendir a los demás al máximo, en verdad le valieron el título de «el Grande».
Otros títulos por los que se dio a conocer incluyen (imagínense): Gran Rey, «invencible», «Señor de Asia», Hijo de Dios, y Dios. Hay varios más.
A la edad de 25 años había conquistado el 90% del mundo conocido, formando un gran imperio desde el Danubio hasta la India. Recorrió durante 11 años más de 20.000 millas y nunca perdió una batalla. Estableció nuevas colonias y ciudades, 70 de ellas llamadas Alejandría en su honor.
Alejandro le dio un nuevo rumbo a la historia. Su gobierno marcó un punto decisivo en la historia de Europa y Asia. El Imperio Romano y gran parte de nuestra cultura occidental, incluyendo paradójicamente, hasta la misma difusión del cristianismo como religión mundial, se debieron, en alguna medida, a sus grandes logros e influencia.
Su vida y sus hazañas han sido el tema de muchos libros, obras teatrales y hasta super-producciones cinematográficas.
Alumno del ilustrísimo filósofo griego Aristóteles durante su adolescencia, sus intereses incluían desde la ética y la política a la botánica, la zoología, la geografía y la medicina. Sin embargo, su principal interés desde adolescente lo fue la ciencia militar, en la que se destacó desde su juventud.
Estamos claros que al igual que Jesús, debía tener un padre natural ante la sociedad de la cual formaba parte, Macedonia. Se pensó siempre entre los macedonios y griegos que Alejandro era el hijo del rey Filipo II de Macedonia. No obstante, tanto su nacimiento como su muerte, están rodeados de la ocurrencia de tremendos eventos sobrenaturales, aparte de una nube de misterio y ocultismo.
Aprendió tácticas militares básicas de su supuesto padre humano, y luego perfeccionó dichos conocimientos añadiendo sus propias maniobras geniales.
Era mucho más allegado a su madre, Olimpia, de la cual heredó su carácter fuerte, voluntarioso y apasionado. Fue Olimpia quien, en un ataque de celos sobre los amoríos de Filipo, lo mandó a asesinar. Siempre se ha sospechado, pero no probado, que Alejandro fue cómplice en el complot para matar a su padre Filipo.
Alejandro, a la edad de 20 años, sucedió a Filipo en el trono. Estaba personalmente convencido de su propia divinidad, y de que Zeus, el «Señor de los Cielos», y Suprema Deidad para los griegos, era su verdadero padre.
Hacia el final de su vida, requirió de las provincias helénicas de su imperio a aceptar su deidad y a adorarlo como Dios. Se creyó siempre que él era más que un simple humano, y sus súbditos cumplieron con su exigencia. Fue proclamado oficialmente un dios (en vida), y después de su muerte, recibió honores divinos a través de su imperio.
Los que lo conocían personalmente no sólo estaban convencidos de que Alejandro era hijo de Zeus, sino que lo consideraban realmente Dios.
Mientras que otros reyes y en especial, los emperadores romanos profesaron descendencia divina, su llamada “divinidad” realmente no era otra cosas que un medio conveniente para alimentar sus enormes egos y para ejercer control, imponiendo su voluntad tiránica sobre sus súbditos.
En el caso de Alejandro, sin embargo, la cosa era muy distinta. Lógicamente, con excepción de Jesucristo, su divinidad parecía más creíble que la de cualquier otro en la antigüedad y, en ese entonces, nadie lo dudada, más bien todo el mundo lo reconocía así.
A lo largo de muchos años después de su muerte, sus ex-funcionarios se reunían pacíficamente ante el trono de oro vacío de Alejandro, sobre el cual su corona, su cetro y su diadema descansaban, y le ofrecían sacrificios, mientras buscaban su voluntad, sabiduría y consejo.
Curiosamente, su casco, escudo, corona y cetro fueron descubiertos hace algunos años atrás por arqueólogos en el túmulo de Vergina, al norte de Grecia, mas no sus restos.
Curiosamente, su casco, escudo, corona y cetro fueron descubiertos hace algunos años atrás por arqueólogos en el túmulo de Vergina, al norte de Grecia, mas no sus restos.
La desaparición de los restos de Alejandro es considerado el segundo Santo Grial de la arqueología contemporánea, por el enigma y misterio que envuelve.
Sus devotos seguidores aseguraban que no había muerto en absoluto, pero que sólo “había salido del reino de los mortales”.
Incluso buscaban su guía en sueños, en los que también afirmaban haber visto a Alejandro vivo, vestido con vestimentas reales, impartiendo órdenes, y gobernando los asuntos de su reino.
Dicha afirmación era reforzada por el hecho de que el cadáver de Alejandro no se descompuso. A su fallecimiento, fue colocado en un sarcófago de oro, y luego con el tiempo desapareció misteriosamente. Hasta el día de hoy, nadie sabe (ni sabrá) su paradero.
En consecuencia, al igual que Cristo, Alejandro profesará incorrupción, inmortalidad, una tumba vacía y, cuando vuelva a aparecer, resurrección.
Esta creencia en la inmortalidad de Alejandro se propagó en muchas culturas, a través de muchas leyendas a lo largo de los siglos que siguieron. Algunos hablaron de un viaje en el que Alejandro había descubierto el Pozo de la inmortalidad.
De acuerdo con su madre Olimpia, él había sido concebido «de Zeus». Alejandro debía, por lo tanto, actuar «digno de su parentesco”. Olimpia era muchacha adoradora fanática de los dioses griegos, que sacrificaba miles de animales a distintas deidades. A estos “dioses” se les llamaba abiertamente «espíritus divinos de cooperación” o demonios (daemons, en griego).
Ella tenía una afición extrema por las serpientes, y se sabe que personalmente las manoseaba, en el culto al dios Dionisio en las montañas de la región del Epiro, de donde ella procedía.
Sabemos por el culto tracio antiguo y los testimonios históricos, que de hecho, las serpientes jugaron un lugar destacado a lo largo de la vida de esta mujer, ya que las tenía en sus aposentos, y siempre andaba con serpientes asidas a su cuerpo. Esta era otra de las tantas razones por las que su marido Filipo la rechazaba.
Ella misma sostuvo que Alejandro no era hijo de Filipo, sino del propio Zeus-Amón, encarnado en una serpiente que se había deslizado en su lecho. También inculcó esta firme convicción en su hijo. La serpiente sagrada enlazaba con su antepasado Aquiles, nombre que proviene del término echis y significa serpiente. Al quedar encinta de Alejandro, Olimpia soñó que el rayo de Zeus –zig zag evocador de la serpiente celeste o de luz– la abrasaba antes de extenderse y envolver la Tierra.
Ptolomeo (Ptolomeo I Soter), uno de los generales de Alejandro y futuro gobernante de Egipto a la muerte de Alejandro, en una ocasión relató que durante su marcha casi fatal a través del desierto de Libia para visitar el oráculo de Amón, Alejandro había sido orientado por dos serpientes que hablaban (véase Génesis 3:1,4).
La Biblia apoya el nacimiento extrahumano de Alejandro llamándole un «bastardo» (Zacarías 9:6). En hebreo, la palabra “mamzer” significa en realidad una persona “de origen mixto”.
La fama de Alejandro continúa vibrante más de dos mil años después su muerte. Es conocido en muchos idiomas y culturas. Sus hazañas, habilidades y estrategias militares todavía se enseñan, se comentan, se admiran, y en la guerra, se ponen en práctica.
Tan recientemente como 2004, el gran director de Hollywood Oliver Stone filmó y estrenó una película sobre su vida, con la participación de Colin Farrell, Angelina Jolie, Val Kilmer, Antony Hopkins, Jared Leto y Christopher Plummer, entre otros.
De la enorme “coincidencia” (no creemos en las coincidencias), que fue lanzada exactamente el mismo año (2004) que la «Pasión de Cristo», el gran éxito de taquilla de Mel Gibson.
Hay cosas que a veces son providenciales.
Pero como si se tratara de algo providencial, lejos de considerarse una superproducción que superara las expectativas, la producida por el afamado director Oliver Stone no pudo con el exitoso impacto taquillero mundial que tuvo su par del mismo año 2004, «La Pasión de Cristo», de Mel Gibson.
«La Pasión de Cristo» fue un éxito total en taquilla en comparación con «Alexander», que fue un fracaso para la producción, y que según la crítica, se debió principalmente a la marcada homosexualidad de Alejandro en varias escenas, resaltada por Stone.
Alejandro se menciona en dos libros sagrados: la Biblia y el Corán. El Libro de Daniel lo representa como un leopardo, y como un invencible Macho Cabrío (chivo) “de dos cuernos”.
ENTRADA TRIUNFAL DE ALEJANDRO EN BABILONIA
Dado que el Corán copió extensivamente de la Biblia, cuando el Islam se extendió como religión mundial (a partir del siglo VI D.C.), creció la esperanza general entre los musulmanes de que el mundo se acabaría y un ser divino volvería a juzgar a los hombres.
Así, la imagen del Alejandro como héroe de «dos cuernos» tomada del Libro de Daniel, les sugería a los musulmanes que Alejandro volvería para marcar el comienzo de una nueva era de paz e igualdad.
Ellos veían a Alejandro como un héroe, como el precursor de Mahoma, un profeta con una misión divina, una figura universal, que uniría al mundo para el bien común.
ENTRADA TRIUNFAL DE JESUS EN JERUSALEN
Al parecer, esta imagen de Alejandro fue percibida aun en épocas anteriores al surgimiento del Islam, ya que se han encontrado al menos dos monedas que lo retratan como un rey o héroe de “dos cuernos”: una data alrededor de 280 AC; la otra fue acuñada por el rey Ptolomeo I Soter en Egipto, después de su muerte en 315 A.C.
Tal interpretación tiene enorme significado ya que Apocalipsis 13:12 se refiere a la segunda bestia (falso profeta) quien servirá al futuro Anticristo, como una bestia «que tiene “dos cuernos” como de un cordero, pero que hablaba como un dragón».
Comentaristas e historiadores Musulmanes, incluyendo Tabari, identificaron a Alejandro como el gran conquistador de «dos cuernos» mencionado en el Corán.
Haz la prueba. Menciónale el nombre de Alejandro (en árabe Iskander) a cualquier musulmán, y verás que enseguida lo primero que hace es sonreírse y colocar sus dos dedos índices en ambos lados de la cabeza simulando cuernos, como los de un toro.
Dhul Qarnayim (que significa “el de dos cuernos”) como le llaman en el Corán, es una figura importante en la tradición islámica. Hay hasta una leyenda coránica en la que Israfel, un serafín o ser angelical en la mitología islámica, se encuentra con él (Alejandro) antes de que este llegue a la «Tierra de la Oscuridad» (abismo).
Allí, el serafín se paró sobre una colina y tocó la trompeta.
La trompeta de Israfel dará a conocer el día de la Resurrección (versión islámica del arrebatamiento), momento en el que se parará sobre la roca sagrada de Jerusalén y dará la señal que traerá los muertos a la vida.
Este ángel, según la leyenda, también anunciará el Juicio Final y el «fin del mundo». El nombre de Israfel, por cierto, significa «el que quema».
……………
«Él es tan o más despiadado (porque lo fue) que el más cruel de los terroristas islámicos. Tanto así que EL PROPIO LIBRO SAGRADO de los musulmanes, el Corán, les dice a ellos que “al de los dos cuernos» o «Dhul Qarnayn» (en árabe), como Alejandro es conocido en la tradición islámica, se le ha dado dominio sobre toda la tierra nada menos que por el propio Alá (Sura 18:83-99). El actual resurgimiento del Islam como religión mundial y sus avances en la cultura occidental están preparando al mundo para recibirlo».
……………
Una gran parte del mundo musulmán está esperando al “duodécimo Imán» que, según la tradición islámica, ha sido milagrosamente escondido y preservado «en un pozo». Esto encaja perfectamente con la leyenda de que Alejandro había descubierto el «Pozo de la inmortalidad».
LA FUTURA Y CERCANA REAPARICION DE ALEJANDRO
Cuando Alejandro sea sacado del inframundo, a juzgar por las terribles condiciones que imperarán en la tierra para tal momento, los líderes islámicos sin duda, se jactarán ante la faz del planeta vocearán: «se lo advertimos».
Pero lo que el mundo musulmán en aquel momento no esperará en absoluto es que él se declarará Dios, que exigirá adoración, que rechazará y proscribirá toda religión, que menospreciará a todas las deidades, incluyendo a su propio dios Alá, y que requerirá bajo pena capital que toda persona porte visiblemente en su mano derecha o en su frente, como signo de sumisión completa, adoración eterna y lealtad a su persona, una de tres (3) cosas: su marca (aún no precisada), su nombre o el número de su nombre.
Por desgracia, la gran mayoría de los musulmanes no se darán cuenta de que el Corán es una sarta de mentiras, que Alá es un dios falso, y Mahoma un falso profeta, hasta que todo esto suceda.
En ese momento, todas las religiones falsas habrán sido abolidas a la fuerza.
TODAS dejarán de existir de plano, y sus seguidores tendrán SÓLO ESTA OPCIÓN: Dios o Satanás, Cristo o su Anticristo griego.
Y es que, desde el punto de vista del pensamiento político-religioso y cultural, estos dos (2) personajes son los más célebres en la historia de la humanidad. Y de la misma manera en que hay marcadas diferencias entre ambos, aspecto que a prima facie es el más denotado, muchos no han caído en cuenta de las numerosos paralelismos y similitudes escondidas en los relatos de la vida de estos dos (2) íconos de la historia.
Si lees los Evangelios, relativos a la vida de Jesús, así como las obras biográficas de Alejandro, extraerás varios paralelismos históricos entre Alejandro y Jesús, que son dignos de una profunda reflexión para ser considerados aislados o fruto de la casualidad, si es que, por el contrario, son demasiados sospechosos para ser puras coincidencias:
- Alejandro y Jesús murieron a la edad de 33 años.
- Alejandro creyó y proclamó que su padre era dios, que era hijo de Zeus; Jesús proclamó que Él es Dios, y que era Hijo de su padre, Dios-Elohim.
- Alejandro estuvo en Egipto, Jesús también estuvo en Egipto.
- Alejandro fue conquistador militar de naciones, Jesús fue y es un conquistador de las almas de los hombres.
- Alejandro fue rey de Macedonia y luego rey del Imperio Griego; Jesús también fue llamado Rey del Israel y Él es el Rey del Universo entero.
- Alejandro fue líder, Jesús también fue líder.
- Alejandro tenía seguidores; Jesús también tenía seguidores.
- Alejandro tenía el don de la palabra, oratoria; las gentes que oían a Jesús quedaban maravillados de su sabiduría y autoridad.
- Alejandro cambio el rumbo de la historia, Jesús también el curso de la historia, y más que eso, la dividió en antes y después de Él.
- A ambos se le han hecho innumerables estatuas y pinturas.
- Alejandro usó la espada para conquistar y someter al mundo de su época, Jesús usó y usa la espada de dos filos: Su Palabra, para conquistarlo.
- Alejandro quería conquistar al mundo para unirlo al Imperio Greco-Macedonio, Jesús quería conquistar al mundo para unirlo al Reino Universal de Dios, y LO HARÁ.
- Alejandro se ganó al mundo entero de su época, pero perdió su alma; Jesús perdió su vida física por este mundo, pero se ganó las almas de los hombres para el Reino de Dios (lógicamente, al que lo reciba a él y no lo rechace).
- Alejandro legó su Reino a 4 de sus generales, quienes se lo repartieron a costa de muchas guerras y derramamiento de sangre en 4 reinos-dinastías; Jesús legó la tarea de escribir el Testimonio de su vida y de sus obras a sus 4 evangelistas, que escribieron los 4 evangelios.
- Ambos se destacaron en la oratoria.
- Ambos fueron elogiados por su sabiduría e ingenio.
- Ambos hicieron y harán milagros, señales y prodigios.
- Ambos tienen «tiempo por igual» de actuación en la tierra: 3½ años. Jesús en su primera venida, y Alejandro en su segunda venida (en el período de la tribulación).
- Ambos demostraron gran valentía.
- Ambos son famosos y admirados desde el tiempo de sus apariciones hasta hoy.
- Tanto el uno como el otro, desde ópticas diferentes, cambiaron la historia.
- Ambos tuvieron concepción y nacimientos divinos. En el caso de Alejandro, por el dios Zeus-Amón en forma de serpiente, producto de magia sexual; en el caso de Jesús, por El Padre, a través de su Espíritu Santo en el vientre de María, sin relación sexual carnal.
- Ambos tuvieron padrastros terrenales y mortales. José el carpintero, en el caso de Jesús; el rey Filipo II de Macedonia, en el caso de Alejandro.
24. Ambos fueron acusados de ser hijos ilegítimos.
- Las madres de ambos, fueron acusadas de adulterio. En el caso de Alejandro, su madre Olimpia de Epiro, fue acusada de adulterio por su esposo Filipo y desterrada. En el caso de Jesús, el evangelio de Mateo dice que José su marido, como era justo, y no quería acusarla públicamente (puesto que sería apedreada), quiso repudiarla (dejarla) en secreto.
-
Ambos tuvieron entradas triunfales como reyes: Alejandro en Babilonia; Jesús en Jerusalén.
- Ambos tendrán una Segunda Venida.
- Ambos aparecieron primero como hombres naturales (naciendo de vientre), pero regresarán como hombres sobrenaturales (Alejandro subirá del abismo y Jesús descenderá del cielo).
- Ambos son y serán la encarnación de la plenitud de sus respectivos padres, YHWH y Satanás.
- Ambos harán las «obras» de sus respectivos padres.
- Ambos tuvieron y de nuevo tendrán gran poder y autoridad.
- Ambos fueron venerados en vida y, después de muertos, se les ha dado culto y adoración hasta el día de hoy.
- Ambos «sellan y sellarán» a sus seguidores.
- Ambos tienen cicatrices por todo su cuerpo, producto de heridas infligidas.
- Alejandro fue herido y traspasado en el pecho por una lanza; Jesús fue herido y traspasado en el costado por una lanza.
- Ambos aborrecen a Roma por distintas razones.
- Los cadáveres de ambos NUNCA se descompusieron.
- Ambos hoy tienen sus respectivas tumbas vacías. El Soma en Alejandría, Egipto y el Santo Sepulcro en Jerusalén, Israel.
- Ambos son resucitados de entre los muertos. Jesús ya resucitó. Alejandro resucitará en el futuro próximo.
- Ambos comandarán ejércitos en Meguido, Armagedón, Israel. Alejandro, los ejércitos del mundo (Apoc. 19:19); Jesús, los ejércitos celestiales (Apoc. 19:14).
- Ambos gobernarán al mundo (Apoc. 13:5; Apoc. 11:15).
Si Alejandro fue adorado como un dios en los templos griegos es un tema que ha sido debatido durante mucho tiempo. Los registros revelan que fue adorado en los templos!
Durante su vida, Alejandro primero fue declarado como el «hijo de un dios,» después de su visita corta a Egipto, y su viaje al templo del desierto de Ammon en Siwa en 331 AC. (Arr. Anab 3.3-4, Curt 4.7.1-32, Plut. Alex. 26.6-27.6, Diod. 17.49-51, Curt. 4.7.20-4, Diod. 17.50.)
Ambos tuvieron entradas triunfales como reyes: Alejandro en Babilonia; Jesús en Jerusalén.
PRESUNCIÓN DIVINA DE ALEJANDRO: ACÁTALA O ATENTE A LAS CONSECUENCIAS
Curtio declaró que Alejandro fue a Siwa intencionalmente para ser elevado desde el nivel mortal y ser reconocido como descendiente de Zeus-Ammon (Curt 4.7.8). Zeus es el dios máximo del panteón griego, lo mismo Ammon, en el panteón egipcio. En la teología judeocristiana, no hay más Dios verdadero que YHWH (Yahvé Sebaot), nuestro Padre Celestial, para los cristianos.
Después de la declaración por el oráculo de Siwa, se convirtió en práctica común para sus temas halagadores saludar a Alejandro como el hijo de Ammón. Además, inmediatamente después de esto, fue elevado por los egipcios como el Faraón de Egipto, un dios viviente. Su imagen celestial y su nombre fue tallada en las paredes exteriores del templo egipcio en Luxor, confirmando su estatus divino en Egipto.
El mismo Alejandro verdaderamente lo creyó (y hasta cierto punto es cierto, dado su concepción y nacimiento sobrenatural), acuñando monedas de oro en donde se hacía representar a sí mismo con los cuernos de Ammón y usaba las ropas de Ammón en oficios reales mientras en Persia, lo que le ocasionó críticas de sus allegados.
En 327 AC, Alejandro introdujo el ceremonial de la corte persa del obeisance, conocido por un término griego curioso «proskynesis.» Después de esto, cualquiera que se acercó a él tuvo que acostarse y tocar sus pies y reconocer su estatuto de dios.
Calístenes, amigo e historiador de la infancia del rey, reaccionó contra esta ridícula propuesta y se negó a inclinarse y tocar sus pies. La mayoría de los macedonios consideraban este acto de postración como un acto vergonzoso. Escandalosamente, Calístenes fue luego ejecutado por orden de Alejandro, sobre la base de algunas acusaciones endebles.
Ni hablar de la ejecución de su propio escolta y amigo Clito el negro, en Maracanda, en medio de una acalorada discusión con el rey, precisamente ante el tema de su presunción divina, la cual Clito consideraba infundada, motivo que provocó que Alejandro, borracho, lo atravesara con una lanza.
Alejandro quería ser inmortal y también intentaba realizar tareas inhumanas.
«Cuando Alejandro derrotó a Darío y se apoderó del imperio persa, se sintió muy orgulloso de su logro: al sentirse elevado al nivel de la divinidad por la buena fortuna que le había alcanzado, envió una instrucción a los griegos para que le diesen honores divinos . » (Aelian, VH 2,19)
Alejandro, que era supuestamente susceptible a los delirios de grandeza, había emitido así mismo órdenes reales, exigiendo que otros aceptaran su estatus divino. La ciudad griega de Esparta fue ordenada por Alejandro para adorarlo como un dios (Plut., 219e, véase Aelian Var., II.19)
Plutarco, en su Moralia, hizo una clara referencia a ella: «Damis dijo, refiriéndose a las instrucciones enviadas por Alejandro de que debían aprobar una votación formal deificándolo, dijo:» concedemos a Alejandro que, si lo desea, puede ser llamado un dios ‘(Plutarco, Moralia 219 d).
Además, una oración fue presentada en la asamblea ateniense por un orador llamado Demades para hacer de Alejandro el decimotercero dios (Ael VH 5.12, Athen. 251b) El movimiento fue derrotado y el orador Dadames fue multado con diez talentos.
Arriano también cuenta que Alejandro recibió varias embajadas de todos los lugares en 324 a. C., mientras que en Babilonia, y que «embajadas también vinieron de Grecia en esta coyuntura y sus enviados, coronados a sí mismos, se adelantaron y coronaron a Alejandro con coronas de oro, en una sagrada embajada para honrar a un dios».
Había ciertamente una estatua de Alejandro que sostenía un rayo dentro del templo de Artemis.
Recibe nuevo contenido directamente en tu bandeja de entrada.

El relato de Plinio revela que este templo en Turquía tenía una copia de un cuadro del prominente pintor griego Apelles, en el que se representa a Alejandro sosteniendo un rayo, como el dios Zeus
La declaración más convincente para demostrar que Alejandro fue considerado como un dios en su vida es dada por Estrabón.
«Ahora Alejandro, agrega Artemidoro, prometió a los efesios que pagaran todos los gastos por la reconstrucción del templo, pasados y futuros, a condición de que tuviera crédito en la inscripción, pero no estaban dispuestos, como habrían sido mucho más y Artemidoro alaba al efesio que dijo al rey que era inapropiado que un dios dedicara ofrendas a los dioses «.
No hay duda de que los antiguos persas, egipcios y romanos creían en las capacidades divinas de Alejandro Magno y lo adoraban en sus templos.
El choque final por el señorío del mundo, según las sagradas escrituras, tendrá como escenario el campo de Meguido, Israel del Norte, en la batalla de Armagedón, entre las fuerzas de Alejandro y las de Jesucristo. Es inevitable, y no importa si lo crees o no.