¡Esa era la única teoría de la conspiración que no creía que fuera correcta! Pero resulta que la conexión entre COVID-19 y la radiación EMF puede ser cierta.
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En un nuevo artículo publicado a fines de octubre de 2021, los científicos muestran evidencias de una conexión entre la enfermedad por coronavirus-19 y la exposición a la radiación de radiofrecuencia de las comunicaciones inalámbricas, incluida la 5G.
Concluyen que «la radiación de comunicaciones inalámbricas (WCR) se ha convertido en un factor estresante ambiental ubicuo que ha contribuido a los resultados adversos para la salud de los pacientes infectados con SARS-CoV-2 y ha aumentado la gravedad de la pandemia de COVID-19.
«Recomiendan que todas las personas, particularmente aquellas que sufren de infección por SARS-CoV-2, reduzcan su exposición a WCR tanto como sea razonablemente posible hasta que la investigación adicional aclare mejor los efectos sistémicos para la salud asociados con la exposición crónica a WCR».
Aquí está el resumen de la investigación científica:
«La política de salud pública de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) se ha centrado en el virus coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) y sus efectos en la salud humana, mientras que los factores ambientales se han ignorado en gran medida.
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«Al considerar la tríada epidemiológica (agente-huésped-ambiente) aplicable a todas las enfermedades, investigamos un posible factor ambiental en la pandemia de COVID-19: la radiación de radiofrecuencia ambiental de los sistemas de comunicación inalámbrica, incluidas las microondas y las ondas milimétricas.
«El SARS-CoV-2, el virus que causó la pandemia de COVID-19, surgió en Wuhan, China, poco después de la implementación de la radiación de comunicaciones inalámbricas [WCR] en toda la ciudad (quinta generación [5G]), y se propagó rápidamente a nivel mundial, demostrando inicialmente una correlación estadística con las comunidades internacionales con las redes 5G recientemente establecidas.
«En este estudio, examinamos la literatura científica revisada por pares sobre los bioefectos perjudiciales de la WCR e identificamos varios mecanismos por los cuales la WCR puede haber contribuido a la pandemia de COVID-19 como un cofactor ambiental tóxico.
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«Al cruzar los límites entre las disciplinas de la biofísica y la fisiopatología, presentamos evidencia de que WCR puede:
- causar cambios morfológicos en los eritrocitos, incluida la formación de equinocitos y rouleaux que pueden contribuir a la hipercoagulación;
- deteriorar la microcirculación y reducir los niveles de eritrocitos y hemoglobina exacerbando la hipoxia;
- amplificar la disfunción del sistema inmunológico, incluyendo inmunosupresión, autoinmunidad e hiperinflamación;
- aumentar el estrés oxidativo celular y la producción de radicales libres que resultan en lesiones vasculares y daño a los órganos;
- aumentar el Ca intracelular2+ esencial para la entrada, replicación y liberación viral, además de promover vías proinflamatorias;
- empeoran las arritmias cardíacas y los trastornos cardíacos.
Debido a lo extenso que es, puedes leer completo el artículo aquí…
FUENTE:
Evidencia de una conexión entre la enfermedad por coronavirus-19 y la exposición a la radiación de radiofrecuencia de las comunicaciones inalámbricas, incluida la 5G – PMC (nih.gov)
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