Muchos se preguntan cuál será el rumbo que tomará la primera potencia mundial, los Estados Unidos de América y el resto del mundo. Qué destino PROFETICO le depara a Estados Unidos en el tiempo por venir?
Las trompetas 1-4 del capítulo 8 de Apocalipsis revelan que habrá explosiones nucleares en el planeta al inicio de la gran tribulación.

Las Naciones Unidas y sus miembros, si es que aun existan cuando sobrevenga la gran tribulación (muy pronto), carecerán de autoridad y los Estados Unidos, para ese momento, no tendrá ya más la supremacía militar que actualmente tiene, o para ejercer ninguna influencia significativa en los asuntos mundiales, que a partir de ese momento los tendrá el Anticristo.
Actualmente, EE.UU., el Reino Unido, Francia, China, Rusia, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel tienen capacidades nucleares. Irán es el próximo que está cerca de conseguirlas.

En algún momento, algunas o todas estas naciones desplegarán sus arsenales nucleares. Las trompetas 1-4 del capítulo 8 de Apocalipsis revelan que habrá explosiones nucleares en el planeta al inicio de la gran tribulación, con destrucción de grandes extensiones de bosques y flora, vegetación, vida marina, contaminación radiactiva, escasez de alimentos y agua y la luz del día se verá reducida.
El objetivo principal de los agresores – gobernantes canallas e impíos que lamentablemente estarán presidiendo varias de estas naciones – sin lugar a dudas, será los Estados Unidos de América. Después de todo, los EE.UU., son vistos por algunos líderes políticos y religiosos de izquierda y de ideología fundamentalista y fanática, como el principal obstáculo que se interpone en el camino de conseguir lo que quieren, a saber, la dominación del mundo y la destrucción de Israel.
Bueno o malo, gústenos o no, una gran parte del mundo y sin duda todos los que amamos la libertad, los derechos individuales y la democracia, debemos agradecer a Dios que existan los Estados Unidos, mal que bien, con lo bueno, lo malo y lo feo de esta potencia mundial, por ser el principal factor disuasorio internacional contra el terrorismo y la expansión totalitaria, por lo menos, hasta el día de hoy.
Estamos casi entrando ya a la parte final de la línea de tiempo profética dada por Dios en las escrituras antes de su Segunda Venida (3 ½ años de principios de dolores de parto – la apertura del sexto sello, el arrebatamiento y los 3 ½ años de gran tribulación), por lo que bien pudiera ser Donald Trump el último presidente de los Estados Unidos, aquel que pudiera liderizar la nación durante los aciagos días de la gran tribulación, en la que los Estados Unidos será parcialmente destruida.
No sabemos, no lo aseguramos, pero es probable.
Trump enfrentará grandes retos a nivel mundial: La inestable situación en el Cercano y Medio Oriente. La Guerra en Siria, provocada por la irresponsable administración saliente de Obama, que ha eclosionado a la región y ha devenido en un éxodo masivo de grandes masas humanas procedentes de esa región hacia Europa y también hacia los Estados Unidos, que huyen de la sangrienta guerra en ese país.
La elección de Donald Trump como Presidente no tiene ningún significado profético CON EXCEPCION DE SU NOMBRE.
El nombre “TRUMP” en inglés significa “TROMPETA” y es EXACTAMENTE la misma palabra inglesa que se usa en la Versión King James de la Biblia (que fue la primera versión autorizada en inglés). Es la palabra exacta que se usa en 1 Corintios 15:52 y, de nuevo en 1 Tesalonicenses 4:16, ambos pasajes conectados con el Arrebatamiento.
Hay precedente bíblico para esto. Dios, en más de una ocasión, ha usado el nombre de algún conocido personaje actual para indicar un evento “futuro”. (Oseas 1:4-5; 8-9; Zacarías 3:8; Lucas 1:13-17))
Puesto que estamos en el tiempo general del arrebatamiento, es tremenda “coincidencia” que JUSTO AHORA un hombre de negocios, multimillonario, que NO NECESITA EN ABSOLUTO involucrarse en la política y que tampoco tenga trayectoria alguna en política, decida hacerlo. Y que tenga, precisamente, ESE NOMBRE.
Es como si Dios le estuviera advirtiendo a su Iglesia: «Pueblo Mío, mira, observa, éste es el ultimo Presidente de los Estados Unidos. Se llama DONALD TRUMP (TROMPETA)……TROMPETA, TROMPETA, TROMPETA! Iglesia, estoy a las puertas, les estoy hablando a través de DONALD TROMPETA!!
Esto también nos lleva a considerar seriamente que la profecía de Isaías capítulo 17:1-3, sobre la destrucción de la Ciudad de Damasco, capital de Siria, pudiera estar en vías de cumplirse en la actualidad.
Pero no pienses ni por un segundo que los acontecimientos actuales de política internacional son los que provocarán lo predicho en el Apocalipsis.
Nada de lo predicho y consignado por Dios en dicho libro se dará por estratagemas y voluntad humana a sazón de élites secretas de control mundial (que no dudamos que existen), si no por el actuar soberano de Dios, cuando el reloj profético marque la hora señalada por Dios desde antes de la fundación del mundo.
Tampoco son dichas élites de poder y control global quienes eligen y ponen al Anticristo como soberano mundial durante la tribulación.
El Anticristo es un juicio de Dios al mundo incrédulo de aquellos días, que abiertamente se cuadrará con Satanás para impedir la Segunda Venida de Cristo a la tierra. Por voluntad y permiso de Dios, es liberado del abismo por Satanás, su padre, quien lo energizará y le otorgará su poder para que reine por 42 meses (3 ½ años finales). Eso no está en manos de las élites, está en manos de Dios Todopoderoso.
No hay nada de malo en estudiar las conspiraciones, elaborar teorías de conspiración, investigarlas y denunciarlas públicamente ante la faz del mundo, ya que al fin y al cabo, son logias, cofradías y grupos de poder ocultos que operan tras bastidores para someter al hombre a su voluntad y a sus perversos intereses de dominación.
El gran pecado de los que les gusta estudiar conspiranoia (sobre todo si son cristianos), es asociar las teorías de conspiración con la escatología y la profecía bíblica. Es creer que existe una relación entre lo que estudian y difunden con los sucesos del Apocalipsis, como si los sucesos finales del apocalipsis serán el resultado de la ardua labor que por muchos años han llevado a cabo las élites de control mundial.
Y lastimosamente, estamos llenos de esa basura interminable en el ciberespacio, a través de portales web y videos en youtube, que hablan cualquier cantidad de estupideces. El 99.9% de todo lo que hay en la web respecto a la escatología o profecía es ficción y basura total.
No son las élites de poder las que dicen cómo, cuándo, porqué y dónde se desencadenarán los sucesos de la última media shemitta (semana) que resta por ocurrir en el calendario profético. Es Dios quien lo dice, y lo dijo. No son ellas las que tienen el control ni tampoco serán ellas las que tendrán junto al Anticristo el control del mundo.


Prueba de ello es que Apocalipsis 6: 15-17 revela que son ellos mismos, los poderosos magnates de los círculos elitistas secretos del poder planetario, tan estudiados por los teóricos de la conspiración, los que correrán de miedo y pavor a refugiarse a los picos y a las grandes montañas en sus respectivos países, y clamarán a gritos a la naturaleza que caiga sobre ellos y los oculte para no ver ni experimentar el furor de la ira del Cordero que se empezará a desatar cuando sea roto el sexto sello (Apocalipsis 6:15-17).
La gran tribulación comienza cuando sobrevienen las señales en el cosmos que en el libro de Apocalipsis están descritas como el rompimiento del SEXTO SELLO (Apoc. 6:12-17). Así que NO ES el hombre quien determina el escenario. Es Dios, punto. Fin del asunto con los amantes de las teorías de conspiración.
Estas señales son: una terrible y enorme sacudida global (terremoto mundial) de los cielos atmosféricos y de la tierra que hará que la topografía del planeta repentinamente cambie o se vea alterada al remover islas y aplanar montañas y cumbres; el sol repentinamente se torna negro donde sea de día, la luna se tornará roja como la sangre donde sea de noche, y una lluvia de estrellas o meteoritos cayendo en diferentes partes del planeta en forma masiva.
Hay numerosas escrituras que describen este momento por venir: Isaías 13: 10-13; Joel 2: 10,31; 3: 15,16; Hageo 2: 6,7; Mateo 24:29; Apocalipsis 6: 12-14. Concurrentemente con estos sucesos meteorológicos globales, la iglesia es arrebatada al cielo.
Este gran sacudimiento o temblor de tierra provocará grandes TSUNAMIS y como ya hemos dicho, UN reordenamiento MASIVO tanto de la geografía como de la topografía [Isaías 2:21; 24: 1, 18 – 20; Apocalipsis 6:14]. Eso significa que a partir de la ocurrencia de estos terribles fenómenos meteorológicos a nivel mundial, el continente americano (incluyendo a los Estados Unidos, Canadá, México y Latinoamérica) ya no estará aislado del resto del mundo ni separado por kilómetros y kilómetros de océano.
Cuando el EJE DE LA TIERRA SE INCLINE, como se predice en Isaías 24:1 y 20, la masa terrestre de la tierra será nuevamente amalgamada, lo que hará no sólo posible, sino más bien fácil, que los ejércitos lleguen desde este continente (América) por tierra, aire o mar hacia la tierra de Israel.
Es posible que eso también haga posible que misiles de alcance medio, y tal vez incluso de corto alcance, golpeen a los Estados Unidos. Y de hecho (lamentamos decirlo), lo harán.
A toda esta atmósfera de terror mundial, confusión, caos, destrucción y muerte que habrán de ser causadas por estos acontecimientos globales [Apocalipsis 6: 15,16], súmale la repentina desaparición de millones y millones de personas de los Estados Unidos, Canadá, América Latina y el Caribe, China, Corea del Sur, Sudeste Asiático y ciertas partes de Europa y África, incluyendo a personas en posiciones de eminencia en nuestros gobiernos. [Apocalipsis 7: 9]. Qué crees que va pasar??
Nuestros enemigos (hablamos de los enemigos de las democracias occidentales y del cristianismo, tanto desde el punto de vista ideológico-político como el religioso, los que nos ven como infieles y parte del Gran Satán occidental), percibirán esta situación global como una oportunidad de oro, algo que solo se da una vez en la vida, para atacarnos.
Las dos guerras mundiales, sumadas a conflictos como los de Vietnam, Irak (1991 y 2003) y Afganistán, combinados todos, parecerán un paseo por el parque, en comparación con lo que viene. En algún momento de inicios de la tribulación, la parte occidental de los Estados Unidos eclosionará y se sumergirá bajo el agua, como lo fue una vez, cortando el país a la mitad, tanto en tamaño como en población (Isaías 2:14; 24: 18-20; Apocalipsis 6: 14, 16: 20].
Millones de norteamericanos (Estados Unidos, Canadá y México), al igual que de nuestros países latinoamericanos, desde Guatemala hasta Argentina, morirán por estas terribles calamidades desencadenadas en el cosmos, así como por los intercambios atómicos y explosiones nucleares que se originarán como consecuencia de lo anterior, y las subsecuentes plagas, enfermedades y el hambre [Isaías 2: 12-16, 13:12; 24: 6].

La cuenca del Mediterráneo (que es la región en donde, a partir de la reaparición del Anticristo, estará el asiento de poder político, religioso y económico mundial), así como el resto de lo que quede de Las Américas, África y Asia, luego de los sucesos de los capítulo 8 y 9 de Apocalipsis, será gobernada por el Anticristo resucitado por 42 meses, o sea, 3½ años [Apocalipsis 13: 5-7].

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No crean que el escribir esto, o incluso el pensarlo, nos produce gozo o alegría. Aunque estaremos con Jesús cuando suceda, somos latinoamericanos, y rompe nuestro corazón incluso el imaginar lo que viene.
La única «Buena Nueva» es que Jesús regresará del cielo con Sus santos, y Su Segunda Venida salvará lo que quede del planeta a fin de no ser destruido por completo [Apocalipsis 19: 11-21].
Los Estados Unidos y algunas de nuestras naciones latinoamericanas apenas sobrevivirán la tribulación (es decir, que apenas no serán del todo destruídas, pero no sabemos cuales sí y cuáles no). Prosperarán nuevamente durante el Milenio, [Ezequiel 38:13] bajo la regla perfecta del Príncipe de la Paz, el Rey de reyes y Señor de señores.