En Mateo 24:15-21 Jesús hablaba con sus discípulos, pero evidentemente la advertencia era para los habitantes de Judea:
«CUANDO… VEAN LA ABOMINACIÓN DESOLADORA DE QUE HABLÓ EL PROFETA DANIEL, EN EL LUGAR SANTO (EL QUE LE, ENTIENDA): ENTONCES LOS QUE ESTÉN EN JUDEA, HUYAN A LOS MONTES…
PORQUE HABRÁ ENTONCES GRAN TRIBULACIÓN, CUAL NO HA HABIDO DESDE EL PRINCIPIO DEL MUNDO HASTA AHORA, NI JAMÁS LA HABRÁ»
¿A qué, exactamente, DEBEN los judíos ESTAR PENDIENTES, Y HUIR el momento EN QUE LO VEAN?
¿Qué es exactamente la «Abominación Desoladora» (AD)?
Aunque varios pasajes de la Biblia la mencionan (Daniel 11:31; 12:11), NINGÚN VERSÍCULO de la BIBLIA NOS DICE REALMENTE LO QUE ES. Pero la historia judía, si.
Esta es la descripción de la misma dada en 1 Macabeos 1:54:
«En el día quince del mes de Kislev, en el año ciento
cuarenta y cinco, el rey ERIGIÓ LA ABOMINACIÓN
HORRIBLE (ABOMINACIÓN DESOLADORA) SOBRE EL ALTAR
DE LOS HOLOCAUSTOS, y en las ciudades vecinas de
Judá construyeron ALTARES PAGANOS».
1 Macabeos 1:37-40 da aun más detalles:
«Y derramaron sangre inocente alrededor del templo; contaminaron el templo.
Por motivo de ellos los habitantes de Jerusalén huyeron, y se convirtió en morada de extraños. Ella (Jerusalén) se convirtió en extraña A SU PROPIA DESCENDENCIA, Y SUS HIJOS LA ABANDONARON.
Su templo estaba TAN DESOLADO COMO un desierto, sus fiestas se transformaron en luto, sus sábados en vergüenza, su honor en desprecio. SU DESHONRA ERA TAN GRANDE como su gloria había sido, y su exaltación se convirtió en luto»…
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Josefo, un historiador del siglo primero, con un historial probado y muy impresionante de precisión histórica, también corrobora esto escribiendo:
«… cuando el rey había edificado un altar A UN ÍDOLO sobre el altar de Dios, mató cerdos en él, y así ofreció un sacrificio (al ídolo) NO CONFORME A la ley, ni a la adoración religiosa judía.
… También les obligó a abandonar LA ADORACIÓN de su propio Dios, y adorar a los que el estimaba SER DIOSES…» (Antigüedades de los Judíos – Libro XII Ch 5, párrafo 4).
Tenemos, pues, dos registros históricos sumamente fiables del malvado Antíoco Epífanes, que procedía de la dinastía griega de Alejandro Magno, ORDENANDO que se erigiera UN ÍDOLO (estatua) DE UN DIOS FALSO (Zeus) en el altar de los holocaustos en Jerusalén y que se le ofrecieran sacrificios paganos de cerdos al ídolo.
Eso sería UNA ABOMINACIÓN a cualquier judío devoto, ya que EL PRIMER MANDAMIENTO dice explícitamente no tener «dioses AJENOS» delante de Jehová, NO HACER NINGUNA IMAGEN TALLADA, NO ADORAR LA IMAGEN, y mucho menos que la pusieran en su templo y le ofrecieran sacrificios de animales «inmundos» (Éxodo 20:3-5).
Antíoco ya había matado a hombres, mujeres y niños indiscriminadamente en un despliegue salvaje de crueldad injustificada, había quemado todos los rollos de la Torá que se hallaron, y había prohibido la circuncisión, la observancia de la ley, y de las Fiestas del Señor.
Erigir el ÍDOLO en el altar de holocaustos del templo fue la última gota.
Los judíos en Jerusalén, que habían sobrevivido la carnicería, HORRORIZADOS ANTE ESTA ABOMINACIÓN, encima de toda la violencia anterior, huyeron, como indican estos pasajes históricos.
La clara implicación era que o bien Dios los había abandonado, ya que Él había permitido ESTA ABOMINACIÓN EN SU PROPIA CASA(es decir, en el templo), o que Antíoco era, en verdad, dios, y más poderoso (¡Dios nos libre!) que Yahweh.
Por lo tanto, los judíos SE FUERON de la ciudad y el templo, dejándolos DESOLADOS y abandonados.
De ahí el nombre la “ABOMINACIÓN DESOLADORA», ya que fue esa abominación de colocar el ídolo en el templo, sobre el altar, la que causó que Jerusalén quedara desierta, DESOLADA y abandonada.
Antíoco Epífanes era griego. Como tal, él adoraba a Zeus, considerado en el panteón griego el «dios supremo», «el padre».
Pero hay más detrás de todo esto:
Las estatuas eran costosas y tomaban bastante tiempo de esculpir. Los griegos y, más tarde, los romanos, eran muy prácticos cuando se trataba de las estatuas de sus líderes.
Primero, ellos esculpían el cuerpo idealizado de su
héroe, generalmente
desnudo o con su armadura, pero la
cabeza de la estatua
giraba y podía ser
atornillada o desatornillada.
De esa manera, cuando algún líder moría o era depuesto y sustituido por un nuevo líder, solo tenían que desatornillar la cabeza del antiguo líder y atornillar la cabeza del nuevo líder en el cuerpo de la estatua, ahorrando, de esa manera, bastante tiempo y dinero.
Antíoco se apropió del apellido «Epífanes», que significa «Dios manifestado».
Puesto que él decía ser el «manifestación» de la deidad suprema, la supuesta «cara de Zeus» en la estatua ERA LA SUYA, y exigió que lo adoraran y le ofrecieran sacrificios A LA ESTATUA DE EL MISMO.
Volviendo, entonces, a la pregunta original: ¿DE QUÉ, EXACTAMENTE, deben los judíos ESTAR PENDIENTES Y HUIR en el momento que lo vean?
Pues, de una futura repetición de esta abominación: Un rey griego, conquistando a Jerusalén, como hizo Antíoco, y estableciendo un ESTATUA (UN ÍDOLO) de sí mismo en su templo.
Un rey griego, prohibiendo el culto al único y verdadero Dios, y exigiendo, bajo pena de muerte, que toda la adoración sea dirigida a sí mismo (Apocalipsis 13:4).
Alejandro entrará en el templo, se sentará en él como Dios, y se autoproclamará “dios”.
No obstante, él no se quedará en el templo ya que estará ocupado haciendo guerra y persiguiendo a aquellos que pongan su fe en Cristo durante la tribulación. Él indudablemente, también pondrá UN ÍDOLO, o estatua de sí mismo, en el tercer templo.
En Apocalipsis 13:15, el apóstol Juan ofrece algunos detalles inquietantes y bastante fenomenales sobre la estatua de Alejandro:
«Alejandro tendrá un falso profeta (judío) con la facultad de «dar vida a la imagen de la bestia, para que la imagen… hable; y haga que cualquiera que no adore a la imagen… sea muerto».
El falso profeta (Judas Iscariote resucitado) irá aún más lejos que Antíoco exigiendo que la gente reciba la marca de Alejandro en su mano derecha o frente, convirtiéndolos de hecho en propiedad personal (esclavos) del Anticristo.
La imagen del ídolo vendrá primero, la marca algo después. ES PRECISAMENTE POR ESO que los judíos DEBEN HUIR EN CUANTO VEAN ESTE ÍDOLO ABOMINABLE.
Es la imagen (ídolo) de Alejandro Magno puesta en el tercer templo de la cual deben estar pendientes, y huir al mismo momento en que la vean.
Las Palabras de Jesús a sus hermanos judíos reverberan por los corredores del «tiempo» hasta esta generación:
2 respuestas para “FUTURO IDOLO ABOMINABLE EN EL TERCER TEMPLO”